domingo, 27 de marzo de 2011

Seremos otros, seremos más viejos...


“…que no puede cansarse de esperar aquel que no se cansa de mirarte”

Luis García Montero

Es un sentimiento que me arrastra, me asfixia. Demuestro mis propios deseos con el afán de encontrar en esa persona estos mismos; un leve ápice de algo que sienta yo.

Una pequeña ciudad, el invierno y la gente. Cualquier manifestación era de mi interés en dicho momento. Asi que me quede sentada en aquel banco húmedo y me dediqué a hacer de la vida de las personas que paseaban por allí, la mía misma. A quien no le hubiese gustado ponerse en la piel de otro individuo, vivir sus experiencias o sufrir sus penas. Si en verdad hay algo que me gusta hacer es analizar a las personas, a aquellas que pasan fugaces al lado mío, las que apenas dejan una estela saturada de incertidumbre. Me encanta observarlas con minuciosidad, analizarlas o perforar en ellas hasta quebrantar su secretismo. De modo que, mientras esperaba allí sentada, encendí un cigarrillo y deje la mirada transcurrir por mi alrededor. Recuerdo que la primera persona pasó fugaz ante mi; la segunda, algo mas varonil, estaba tentado de dudas, con cara de preocupación y quien sabe si desesperación tal vez. Vi en una tercera persona lo que había significado para mi, mi verdad más profunda. No recuerdo exactamente si paso veloz o deleitandose de su paso, pero si que fue eterno, que me robó parte de mi adolescencia. Me había ganado un pulso el recuerdo, me había abatido, y esta vez no pude por menos que dejarme llevar.


Octubre. Dos jóvenes se alejan de la ciudad, del alboroto y quien sabe si también de sus preocupaciones. Hablan y jamás se cansaron de saber, profundizar o inhalar aquello que olía a confianza y curiosidad. Vieron morir cada tarde de la misma manera que ahora lo hacemos tu y yo. Poco a poco el frió se incrementa, y ellos se juntan en un cálido abrazo con el afán de encontrar algo mas en ese acercamiento. Como un sueño grabado a sangre y fuego quedó en nuestra memoria aquello, esos ojos enrojecidos que dejaban desbordar recuerdos y viejas derrotas, pero jamás este reciente triunfo. Pasaron en un soplo los meses y cada día despertaba una nueva emoción en cada alma. Sopesaron dudas e incluso sueños, no obstante quedaba un regusto de viejas experiencias vividas y que no tardaron mucho en desaparecer.

- ¿Sabes cuál es la forma más hermosa de alcanzar una sobredosis?- me susurraba mientras tomaba el sol tendido en el césped.

- Nunca he alcanzado ninguna creo. Pero, ¿cuál es? – respondí con total ignorancia.

- La forma más hermosa es alcanzarla contigo, y a una velocidad totalmente descomunal.

Y sucedía que el trayecto de las nubes detenían su frágil paso y el piar de los pájaros desaparecía. Quizá solo nos inquietó sustentar la mirada, pero ambos sabíamos que ese tipo de frases solo rozan levemente la piel y golpean hiriéndote en el ama.


Nadie sabe por qué razón siempre nos persigue en la memoria aquello que mas añoramos...

Casandra




miércoles, 8 de septiembre de 2010

Aún canto bajo la lluvia


La noche en toda su magnificencia trajo su misterio cubriéndonos con su lúgubre manto, y la soledad sin saber muy bien cómo, fue precipitándose por los abismos y la confusión que en nosotros abundaba. Fuimos enmudecidos por las pálidas maravillas que la noche nos ofrecía, con el estoicismo tal vez, de el que tiene por cómplice a la vida...

La frescura predominante en aquel invierno desaparecía al igual que la torpe paciencia de los que han tenido por testigo años de dilección en estado puro. Por miedo a turbar la realidad existente hasta el momento, nosotros indecisos, fuimos poseídos lentamente por el desasosiego de los años, por el desacierto de la ubicación de nuestras manos en busca de un lugar cálido y grato.

Las miradas manifestaban lo que los labios no se atrevían a pronunciar por miedo a errar; las manos, con su típica torpeza levitaban sobres cuerpos desabrigados bajo el fulgor de una luna, a veces resplandeciente cuando las nubes no la acechaban.

Nos encontramos hablando de mil cosas, de trágicos sucesos que habíamos experimentado en nuestros corazones, de hechos fundamentales… Sus palabras, tan distintas y sustanciales de su persona, fueron grabadas a fuego lento en mi ser, indicio de la demencia que nos fue brindada desde entonces…

Y ocurrió que la lluvia que caía mansa sobre nuestras cabezas fue suspendida en el aire, el hálito de la brisa nocturna se ausentó por completo, las aves noctívagas se desprendieron de su vuelo, miles de personas detuvieron su paso frenético en mitad de las aceras, y todo aquello, para atestiguar nuestras posibles sombras fugitivas agazapadas una sobre la otra, preparadas para dar paso a aquel beso ya emergido, una vez censurado el recelo de nuestra soledad…

Enero puede ser todo una conquista…o una profunda pérdida.

Casandra

http://www.youtube.com/watch?v=rmCpOKtN8ME

viernes, 25 de junio de 2010

Vestigio, estela...


Cada recuerdo es una huella, un paso en la arena que las olas terminaran por sumirlas en el olvido dictando el final de su existencia.

Pero hay pasos que han sido originados sin entusiasmo, sin fuerza y sin precisión, huellas que se disipan con la llegada de la débil marea sin dejar rastro… No obstante hay pisadas que se han creado con esfuerzo, constancia y no sé que mas, y esas son las valientes, esas son las que en verdad resisten a la ola que las llevara a su litúrgico silencio. Aquellas huellas que ha arrasado la tímida marea aun quedan ahí, sobresaliendo en la arena, minúsculo vestigio aun existente, que ahora sí, espera la llegada de su expiración por una nueva oleada...

Los recuerdos no son dolorosos, siempre y cuando los añores en el momento adecuado.

Casandra

viernes, 14 de mayo de 2010

Mañana será otro día


...que también es hermoso amarse en la memoria y en la complicidad.

Luis García Montero


Recordar aun aquellos precarios tiempos nocivos y vigorosos, en el que la ciudad, con su tenue haz de luz dormía sosegada entre tantos amantes… Una vez mas llovía apasionadamente en la noche de tu fuga, y sentí en el pecho los continuos arañazos de tu ausencia, un ápice de soledad otra vez retomada, un amargo extravío también en mi existencia.


Sé que este lapso de tiempo nos a echo cada vez más viejos, a menospreciado la dilección existente en años, me ha concedido el honor de sumar una derrota más a una lista que parece interminable…

A pesar de aquella trágica noche, la mañana escapó otra vez impaciente por el horizonte, un sol salía para todos aquellos aliados de la felicidad, desinteresado por mi breve infortunio plagado de cicatrices…

Pero dime, cuando los días lleguen a los trágicos colores de su fin y ya no tengamos fuerzas para alimentar nuestros lúgubres sueños, ¿no sería hermoso amarse aun en la memoria?

Casandra


lunes, 10 de mayo de 2010

La Sangre es la Vida


La actitud de aquel no-muerto no denotaba crueldad, sino desesperación probablemente. Y sin poder evitarlo yo me sentía atraída por semejante ser distante y crudo. Y por eso mismo accedí a todas sus órdenes hasta que acabó por hacerme presa y dedicarme su preciado beso inmortal. Tras aquel frenesí interminable, desperté horas después en el féretro que tanto me había llamado la atención. Era un vampiro capaz de desaparecer antes de que alguien pudiera terminar de decir esa palabra. Al fin y al cabo, cada noche me parecía nueva y yo me sentía sedienta de sangre viva…


Fragmento de "Hija de las Tinieblas"


Casandra

sábado, 1 de mayo de 2010

Lisa y llanamente...


Creí ver en aquellos ojos un retazo de tiempos pasados en los que la invulnerabilidad se presentó como algo cotidiano. Ver un retazo de felicidad continua y contagiosa, de promesas que daban luz a una pétrea eternidad…

El amor es eterno mientras dura.

Casandra

viernes, 2 de abril de 2010

Aún canto bajo la lluvia

Y la noche en toda su magnificencia trajo su misterio cubriéndonos con su lúgubre manto, y la soledad sin saber muy bien cómo, fue precipitándose por los abismos y la confusión que en nosotros abundaba. Fuimos enmudecidos por las pálidas maravillas que la noche nos ofrecía, con el estoicismo tal vez, de el que tiene por cómplice la vida y la muerte…

La frescura predominante en aquel invierno desaparecía al igual que la torpe paciencia de los que han tenido por testigo años de dilección en estado puro. Por miedo a turbar la realidad existente hasta el momento, nosotros indecisos, fuimos poseídos lentamente por el desasosiego de los años, por el desacierto de la ubicación de nuestras manos en busca de un lugar cálido y grato. Las miradas manifestaban lo que los labios no se atrevían a pronunciar por miedo a errar; las manos, con su típica torpeza levitaban sobres cuerpos desabrigados bajo el fulgor de una luna, a veces resplandeciente cuando las nubes no la acechaban.

Nos encontramos hablando de mil cosas, de trágicos sucesos que habíamos experimentado en nuestros corazones, de hechos fundamentales… Y sus palabras, tan distintas y sustanciales de su persona, fueron grabadas a fuego lento en mi ser, indicio de la demencia que nos fue brindada desde entonces…Y ocurrió que la lluvia que caía mansa sobre nuestras cabezas fue suspendida en el aire, el hálito de la brisa nocturna se ausentó por completo, las aves noctívagas se desprendieron de su vuelo, miles de personas detuvieron su paso frenético en mitad de las aceras, y todo aquello, para atestiguar nuestras posibles sombras fugitivas agazapadas una sobre la otra, preparadas para dar paso a aquel beso ya emergido, una vez censurado el recelo de nuestra soledad…

Enero puede ser todo una conquista…o una profunda pérdida.

Casandra

http://www.youtube.com/watch?v=rmCpOKtN8ME