lunes, 10 de mayo de 2010

La Sangre es la Vida


La actitud de aquel no-muerto no denotaba crueldad, sino desesperación probablemente. Y sin poder evitarlo yo me sentía atraída por semejante ser distante y crudo. Y por eso mismo accedí a todas sus órdenes hasta que acabó por hacerme presa y dedicarme su preciado beso inmortal. Tras aquel frenesí interminable, desperté horas después en el féretro que tanto me había llamado la atención. Era un vampiro capaz de desaparecer antes de que alguien pudiera terminar de decir esa palabra. Al fin y al cabo, cada noche me parecía nueva y yo me sentía sedienta de sangre viva…


Fragmento de "Hija de las Tinieblas"


Casandra

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